Ahora, en ésta etapa de la vida,
cuando apuras el sabor de los días,
escuchando esas viejas melodías
rememoras tu experiencia vivida.
Acuden a tu mente los recuerdos
de tu más tierna niñez e inocencia,
de tu juventud sin adolescencia
llena de momentos locos y cuerdos.
Te asusta el rápido pasar del tiempo,
la pena de no poder revivir
todo aquello que te hizo sentir
sin miedo a tener cualquier contratiempo.
Ahora, que en tu reloj no hay hora,
los despertares son más silenciosos,
muy tranquilos, calmados y dichosos,
sin prisa, ni sobresalto en la aurora.
Acuden a tu mente reflexiones,
los por qué del color de tu destino,
del perfil del suelo de tu camino;
son muchas las preguntas y cuestiones.
Te asusta ser inútil y banal,
que el pasado ya no vuelva jamás,
porque no es tan solo una etapa más
sino la carrera hasta el final.
Autor:
©José Manuel Rodríguez
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